Imagen: Rubén Celaya, CEO de Marítima Austral Krusta Group / Revista Puerto / FIS
Langostino: 'El problema está en España'
(ESPAÑA, 10/9/2023)
En el sector langostinero hay empresarios que por su conocimiento y experiencia son escuchados con atención. Uno de ellos es Rubén Celaya, CEO de Marítima Austral (KrustaGroup). Su visión del negocio no siempre es la misma que la de sus colegas y precisamente por ello, porque repara en puntos que otros no, su punto de vista resulta siempre interesante.
Rubén Celaya, referente indiscutido del sector congelador langostinero, da su visión de la situación actual del sector, pero no es el cambio en los hábitos de consumo lo que más le preocupa, sino la situación macroeconómica nacional y una dependencia del mercado español que ha llevado el precio de este producto premium a su piso más bajo. Cree que será muy difícil generar los cambios en la captura y producción que está requiriendo el mercado y que las empresas no podrán soportar más años perdiendo plata, por lo que considera la adecuación del tipo de cambio una necesidad prioritaria e ineludible para el próximo gobierno. Por otra parte, plantea las diferencias arancelarias que tiene el langostino de cultivo de Ecuador con el salvaje y natural de Argentina, una competencia desleal por la que deberá batallarse.
Fuente: Archivo FIS
“Veo un escenario muy preocupante pero no por un tema pesquero. El mercado no está en el mejor momento, eso está claro, hay problemas, pero Argentina tiene un problema que es solo de Argentina, que dificulta la situación para cualquier exportador, no solo pesquero. El problema es la divisa. Es imposible un país que está generando ficticiamente una inflación en dólares todos los años, ser exportador es muy difícil, debe ser el único país en el que hay inflación en dólares, mayor a la propia inflación de esa moneda, estamos en una inflación del 40 por ciento, cómo se hace con eso”, dice Celaya a modo de resumen e introducción a esta entrevista sobre la situación actual del sector langostinero en Argentina.
REVISTA PUERTO: ¿Cómo puede el sector mejorar su situación en estas condiciones?
RUBEN CELAYA: En buenos momentos pesqueros en los que el margen bruto es grande, pueden quedar tapadas estas ineficiencias financieras. No es lo mismo pasar de tener un 30 por ciento de rentabilidad a tener un 10 por ciento, que pasar de diez a menos diez. John Ford decía que una empresa iba fantástica si gastaba un dólar menos de lo que facturaba y era un horror si gastaba un dólar más de lo que facturaba. Esto es lo mismo, las ineficiencias en un momento donde el margen no es grande te matan. Mirando solo el negocio, el costo de pescar, la venta y tal, no estaríamos para grandes alegrías, pero podríamos estar justos; pero la divisa te mata. ¿Cuántos años puedes estar perdiendo dinero? Es muy difícil, hay que esperar que algo cambie. Estuvimos en un momento muy similar antes de que llegara Macri al gobierno, no porque fuera Macri sino porque en ese momento hubo un cambio, se liberó el dólar y nos dio un empujón, un poco de aire cuando estábamos todos con la soga al cuello.
RP: Es lo que todos esperan que suceda luego de las elecciones.
RC: Es que se espera porque es lo que tiene que pasar, gane quien gane, porque si no el problema será de dimensiones irresolubles, porque no se puede más. A este sector no hay espacio para quitarle más, hace treinta años sí, hoy no. Ni para que te quiten en impuestos, ni para que te quiten en el tipo de cambio, para que te quiten nada, el margen comercial que da el langostino da para esperar que el mercado mejore e ir sobreviviendo y aguantando. Esto es bastante obvio, el que no lo ve es porque no quiere.
RP: Alejándonos de Argentina, en España la situación comercial del langostino congelado aparece complicada también. ¿Qué puede pasar con el mercado español?
RC: El problema del mercado español para mí es que hay demasiado gambón argentino porque no hay otros destinos suficientemente grandes para poder derivar lo que habría que derivar. El problema es que como entra demasiado genera una tensión de precios a la baja enorme. Por ejemplo, Japón no tiene una presión de precios a la baja, pero como España marca el precio, aunque el mercado no tenga nada que ver, el comprador mira si estás vendiendo a seis en España y entonces eso pagan, o seis con diez, pero no más, aunque su mercado se lo permitiese. Hay mucho gambón en España y además con cambios en la forma de comer…
RP: Es algo que ha quedado claro en el Congreso de FAO, el consumidor español ya no es el mismo y las cajas de dos kilos ya no las compran.
RC: Ustedes han publicado que en Mercadona, que es la cadena en España que más vende, están en un cambio de planes y lo venden por unidades. Esto marca el cambio de tendencia, la gente joven come de una manera distinta, elabora menos y eso afecta mucho un producto como el gambón.
RP: ¿Se tendrá que reinventar el sector?
RC: Posiblemente. De hecho, ya no es nuevo el tema de cambio de formato, muchas empresas ya empezaron hace rato a hacer más producto para góndola y menos para la pescadería. La cajita de 400 gramos, 800 gramos, formatos más pequeños. Todavía no es mayoritario, pero se va a seguir trabajando ahí. Lo que pasa es que el mercado lo tendrá que pagar porque si no es un problema, porque eso es un incremento de costo adicional. Al momento lo que está claro es cómo se sube el costo, lo que no está claro es cómo se aumenta el precio. No es fácil, pero se saldrá.
RP: ¿Puede el sector afrontar esta situación si no se une?
RC: Uno de los grandes problemas que tenemos en el sector, en Argentina en particular, es precisamente ese: la falta de unión y de criterio de todos los armadores. No digo para hacer un oligopolio, pero sí para para consensuar criterios, por lo menos en lo importante, aunque después tengamos diferencias; es imposible, no hemos sido capaces nunca. Esto es muy malo porque va cada uno por su lado, en momentos en que necesitas liquidez cada uno vende como puede y eso destroza a todos los demás, mientras tanto la demanda está sentada riendo, esperando a ver qué pasa.
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RP: Bueno, cuando fue el tema de pescar o no langostino al norte, dos grandes empresas marplatenses como Solimeno y Moscuzza, interesadas en pescar, señalaban que los volúmenes que ellos manejan no podían alterar el precio.
RC: Por supuesto que sí pueden, claro que baja. Hace cuarenta años no, hoy en día que la información vuela sí, a los treinta segundos sabemos todos a qué precio vendió todo el mundo y los compradores, que no hacen otra cosa que escuchar, están perfectamente enterados. Hoy facturas quince kilos de langostino y por la tarde lo sabe toda Italia y se termina dando una herramienta para negociarte a la baja.
RP: ¿Estos cambios en el mercado van a requerir un cambio en la forma de pescar y producir?
RC: No lo tengo claro, debería ser así porque sería lo más eficiente y lo más eficiente sería hacerlo a bordo, pero me temo que es imposible porque complica mucho al barco. De entrada, tenemos que hacer mucha menos producción, no se puede pescar lo que se pesca hoy para hacer esos formatos y después estarán los sindicatos, porque seguramente, aunque hagan menos querrán que se les pague lo mismo. No lo veo fácil, en otros sitios se hace, pero en Argentina será complicado, será un proceso que habrá que hacer afuera y tampoco lo veo sencillo. Ya hay quien lo está haciendo en China y se paga, parece irracional, pero se paga, nosotros no lo hemos hecho nunca, pero hay quien lo hace y si lo hace será porque le da el número. Descargar, mandar a China, procesar, otro flete a Europa y luego a España o donde sea; no son grandes volúmenes, pero lo hacen, en Italia entra mucho langostino argentino procesado en China.
RP: ¿Cuánto ayudaría poder contar con acuerdos comerciales?
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RC: Sería importantísimo en materia de aranceles. En el caso del langostino argentino tenemos el ejemplo perfecto que es el vannamei que sí tiene un acuerdo arancelario con Europa y es un bicho que compite directamente con el langostino argentino, algo inentendible porque es un tronco plástico con un recurso maravilloso como el nuestro, pero compiten en el mercado; por aspecto o por lo que sea es competencia. Ahora, nosotros pagamos un 12% de arancel, no tenerlo te cambia la vida. Es muy injusto que el vannamei no pague aranceles y el langostino argentino sí, creo que esto podría ser considerado hasta ilegal porque es absolutamente competencia desleal. Esto es muy importante que cambie, que nos lo den a nosotros o que se lo quiten a ellos, lo que no puede suceder es que uno sí y otro no, porque de movida nos posiciona por debajo varios puntos.
RP: ¿Deberemos buscar en China la salvación para el langostino congelado?
RC: No me caben dudas, China o Kazajistán, ya me da igual, los mercados importantes claro que ayudan y es necesario derivar langostino. No ha sido fácil nunca o no lo hemos hecho bien, porque al final uno tiene lo fácil y vuelves ahí, no se ha podido vender volúmenes grandes en otros sitios. China se paró mucho, este año está comprando y ojalá compre más. Hay que vaciar el mercado en España, el problema está en España, es un marcador de precio, es un volumen enorme y si se pesca más a dónde va el excedente, a España, todo viene aquí. Se arrancan las temporadas con mucho stock de la temporada anterior y esto no pasaba, nunca había stock de un año al otro y pescábamos doce meses al año. Ahora se pesca durante cinco meses y hay stock; es la muestra de que se pesca demasiado.
Autor: Karina Fernández | Revista Puerto
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