Foto: The Regulatory Review/FIS
Abordar la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR)
ESTADOS UNIDOS
Wednesday, October 09, 2024, 00:10 (GMT + 9)
Una académica insta a los legisladores a reforzar las regulaciones contra las prácticas de pesca ilegal.
Los estadounidenses gastan más de 100 mil millones de dólares al año en productos del mar, pero los expertos advierten que las prácticas pesqueras destructivas están agotando las reservas mundiales de peces, poniendo en peligro aún más este recurso alimentario vital, escribe Alyson Díaz para The Regulatory Review.
En un artículo reciente, Madison Landry, de la Universidad Estatal de Luisiana, pide al gobierno de Estados Unidos que adopte medidas más enérgicas contra la pesca ilegal y no regulada. Como uno de los mayores importadores y productores de productos del mar del mundo, Estados Unidos tiene un papel fundamental que desempeñar, sostiene. Landry destaca las lagunas en el Programa de Monitoreo de Importaciones de Productos del Mar (SIMP, por sus siglas en inglés) y aboga por ampliar su cobertura para incluir todas las especies y todas las etapas de la cadena de suministro.
El SIMP, supervisado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), actualmente exige a los importadores que informen sobre dónde, cuándo y cómo se capturaron determinadas especies de alto riesgo. Esto ayuda a combatir las actividades de pesca ilegal, que socavan las prácticas sostenibles al eludir las leyes y regulaciones. Las prácticas ilegales incluyen pescar sin licencia, declarar de forma errónea las capturas, pescar en zonas restringidas, dirigirse a especies prohibidas y operar en áreas no reguladas.
Si bien Landry reconoce el papel del SIMP en la identificación de la pesca ilegal, señala que muchas infracciones aún pasan desapercibidas. Por ejemplo, un informe de 2019 de la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos reveló que Estados Unidos importó 2400 millones de dólares en productos del mar vinculados a la pesca ilegal, no regulada y no declarada (INDNR).
Actualmente, el SIMP solo cubre un número limitado de especies, excluyendo partes importantes de la cadena de suministro de productos del mar, como el cebo. Landry advierte que este enfoque limitado permite que el pescado capturado ilegalmente ingrese al mercado, lo que socava los esfuerzos para conservar los recursos oceánicos y combatir la sobrepesca.
Fuente: Oceana
Landry señala que solo 13 especies están clasificadas como de alto riesgo por la NOAA, lo que deja fuera del ámbito del SIMP opciones populares de productos del mar como las almejas, el abadejo de Alaska y el salmón. Como resultado, el 60% de los productos del mar importados a los EE. UU. no están sujetos a la supervisión del SIMP, una brecha que deja la puerta abierta a actividades ilegales, advierte Landry.
Para abordar estos problemas, Landry propone ampliar el SIMP para adoptar un enfoque integral de “cebo a plato”, que cubriría todas las especies y rastrearía los productos del mar a lo largo de toda la cadena de suministro. Esto requeriría que el gobierno federal monitoreara los productos del mar desde el momento en que se capturan hasta que llegan al consumidor, ofreciendo mayores oportunidades para detectar prácticas de pesca ilegal.
Landry sugiere que los legisladores federales exijan la presentación de informes para todas las especies de productos del mar importados, lo que podría disuadir a las operaciones de pesca ilegal de etiquetar incorrectamente sus capturas para evadir la detección. Ampliar el SIMP para incluir todas las especies también garantizaría que los productos del mar consumidos en los EE. UU. sean de origen legal y sostenible, enfatiza.
Como parte de este modelo ampliado, la NOAA exigiría a los importadores de productos del mar que proporcionen información detallada sobre sus cadenas de suministro y aplicaran requisitos de etiquetado más estrictos. Landry sostiene que obligar a los pescadores a revelar detalles de las capturas, como el país de origen, daría a los reguladores más herramientas para identificar prácticas ilegales. La transparencia adicional probablemente desalentaría a los pescadores involucrados en actividades ilegales de intentar importar sus capturas a los EE. UU.
Los críticos de la expansión del SIMP argumentan que los costos adicionales de cumplimiento podrían conducir a pérdidas de empleos en la industria pesquera. Landry contraataca que las prácticas ilegales plantean una mayor amenaza a largo plazo para las empresas legítimas. La expansión del SIMP protegería a los pescadores respetuosos de la ley al reducir la competencia de quienes se dedican a la pesca ilegal, explica.
Landry reconoce que incluso con una cobertura ampliada, el SIMP por sí solo no puede eliminar todas las importaciones ilegales de productos del mar. Para mejorar la aplicación, recomienda que los reguladores aprovechen la tecnología para rastrear a los buques que participan en la pesca ilegal. Por ejemplo, se podría exigir a los importadores que proporcionen una identificación marítima única como condición para el comercio, lo que mejoraría la capacidad de rastrear las actividades ilegales.
En conclusión, Landry cree que aplicar el SIMP a todas las especies desde el cebo hasta el plato reduciría significativamente la cantidad de pescado capturado ilegalmente que ingresa al mercado estadounidense. El fortalecimiento del programa no sólo reduciría las prácticas pesqueras dañinas sino que también ayudaría a proteger las reservas pesqueras mundiales para las generaciones futuras.
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