Al adherirse a un tratado clave de la ONU, el mayor país pesquero del mundo demuestra su firme intención de combatir el comercio ilícito de productos del mar.
En un hito significativo en la lucha mundial contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR), China, el país con la mayor flota pesquera del mundo, se ha adherido oficialmente al Acuerdo sobre Medidas del Estado Rector del Puerto (AMERP) de las Naciones Unidas. Este tratado histórico es el primer acuerdo internacional jurídicamente vinculante diseñado específicamente para combatir la pesca INDNR e impedir que los productos del mar capturados ilegalmente ingresen a los mercados globales.
Según Elaine Young, de The Pew Charitable Trusts, la decisión de China de adherirse al AMERP envía una señal contundente: está lista para asumir un mayor liderazgo en la gobernanza pesquera mundial y fortalecer la supervisión de sus vastas operaciones pesqueras.
El Acuerdo sobre Medidas de Seguridad Marítima (PSMA), administrado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), entró en vigor en 2016. Exige a los Estados rectores de los puertos la implementación de controles rigurosos, como inspecciones de buques y comprobaciones de documentación, para garantizar que solo se pueda desembarcar y comercializar pescado capturado legalmente. La pesca INDNR es un problema mundial de gran magnitud, con un valor de hasta 23 000 millones de dólares anuales, y es responsable de casi 1 de cada 5 capturas de peces silvestres en todo el mundo, según la FAO. Además de perjudicar a los pescadores legales, daña los ecosistemas marinos, viola las normas laborales y priva a las comunidades costeras de alimentos e ingresos.
El papel de China: Del riesgo a la responsabilidad
China ha estado durante mucho tiempo en el centro de los debates mundiales sobre pesca: sus puertos se encuentran entre los más activos del mundo y su flota de altura es de una escala inigualable. Un estudio encargado por Pew clasificó los puertos de China entre los 10 principales a nivel mundial en cuanto a visitas de buques pesqueros y de transporte, al tiempo que lo identificó como un país de alto riesgo en cuanto a su capacidad para prevenir la pesca INDNR debido a su históricamente deficiente gobernanza.
Si bien la implementación del PSMA se centra principalmente en los buques extranjeros que ingresan a los puertos de un país, el tratado también obliga a los signatarios a investigar y sancionar a sus propios buques cuando se sospeche de alguna actividad ilegal. Este aspecto es particularmente crucial para China, donde más del 99% de las visitas a puerto corresponden a buques nacionales, incluidos los que regresan de aguas distantes.
Si China aplica el mismo escrutinio a su flota nacional que a los buques con pabellón extranjero, podría transformar las normas de cumplimiento a nivel mundial, cerrando una importante laguna legal que a menudo explotan los operadores ilegales que evitan los puertos extranjeros para eludir las inspecciones.
Aprovechando el impulso
China tiene la oportunidad de ir aún más lejos. Al participar activamente en el Sistema Global de Intercambio de Información (SGII), una plataforma para el intercambio de datos en tiempo real entre los miembros del PSMA, puede impulsar la cooperación internacional y mejorar sus propias evaluaciones de riesgos. A nivel nacional, la coordinación entre los ministerios clave (pesca, transporte y aduanas) será esencial para la plena implementación de las disposiciones del PSMA, desde la designación de puertos que cumplen con los requisitos hasta la capacitación del personal de inspección.
Ya se han dado los primeros pasos como parte del proceso de adhesión, pero China ahora puede aprovechar esa base estandarizando los procedimientos internos, optimizando la comunicación interinstitucional y ampliando su capacidad.
Una nueva era para la gobernanza pesquera
China’s accession to the PSMA is more than symbolic—it’s a pivotal development in efforts to restore declining global fish stocks and protect marine ecosystems. With the right implementation, China’s influence and scale can help shift global fisheries toward greater transparency, accountability, and long-term sustainability.
La adhesión de China al Acuerdo sobre Medidas de Seguridad de la Pesca (AMERP) es más que simbólica: supone un avance fundamental en los esfuerzos por restaurar las poblaciones de peces mundiales en declive y proteger los ecosistemas marinos. Con una implementación adecuada, la influencia y la escala de China pueden contribuir a que la pesca mundial avance hacia una mayor transparencia, rendición de cuentas y sostenibilidad a largo plazo.
Como concluye Elaine Young, de The Pew Charitable Trusts, el compromiso de China con la lucha contra la pesca INDNR tiene el potencial de transformar el futuro de las cadenas de suministro de productos del mar y proteger el océano para las generaciones venideras.