VECEP Informa... |
POR ÁREA BARRIDA
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Uno de los objetivos tradicionales de los biólogos pesqueros ha sido el de estimar el tamaño de las poblaciones que exiten en el mar de una forma independiente de la información que procede de la misma actividad pesquera. Este tipo de información, generada por la actividad extractiva, presenta limitaciones, ya que: en ocasiones no existe por estar vedados los caladeros; a veces es difícil de obtener; o procede únicamente de una parte del área de distribución de la población estudiada; o procede de un grupo de tallas o edades que son rentables de explotar; siendo difícil, a partir de estos datos, conocer el estado en que se encuentra el stock explotado.
Frente a la necesidad de contar con estimaciones del tamaño de las poblaciones que permitan conocer: la distribución del recurso; la estructura por edades de las poblaciones; la variación en abundancia entre diferentes años; así como, los parámetros ambientales que determinan su distribución y abundancia, se han desarrollado una serie de metodologías- cada una de ellas con sus limitantes- que permiten obtener unos índices de abundancia de las poblaciones estudiadas. Los métodos más frecuentemente utilizados son: las campañas de área barrida dirigidas a estimar las poblaciones demersales (asociadas al fondo); las campañas acústicas dirigidas a especies pelágicas; y, el método de producción de huevos que estima la biomasa de reproductores. En ocasiones se desarrollan métodos mixtos: acústicos y de área barrida, tratando de evaluar especies que tienen un amplio rango de distribución en profundidad, encontrándose asociadas al fondo o en la columna de agua.
Las campañas de área barrida son una fuente de información independiente de la pesca comercial y han sido ampliamente utilizadas por los investigadores de organismos internacionales encargados de asesorar sobre la ordenación de recursos en la NAFO y el ICES. Frecuentemente se han utilizado en la valoración de áreas de pesca poco conocidas, y un buen ejemplo de estas experiencias en la región fueron las campañas realizadas a finales de los ochenta por el B/I Fridtjof Nansen (FAO/NORAD); en ellas se evaluaron las poblaciones demersales en el Pacífico, desde Colombia al sur de México, o en el Caribe de Sudamérica. A principios de los noventa, el B/I Fengur (PRADEPESCA) exploró con esta técnica el Pacífico Centroamericano. En el Programa VECEP, las campañas de área barrida se han realizado en las costas de Colombia y en Ecuador; y, en el caso de Perú, utilizando simultáneamente técnicas acústicas y de área barrida en la estimación de biomasa de merluza.
Otra aplicación de las estimaciones obtenidas en las campañas de área barrida son las calibraciones de los modelos de análisis de la población virtual, que reconstruyen el tamaño de las poblaciones a partir de los individuos capturados y parámetros poblacionales, como son el crecimiento y la mortalidad natural.
El objetivo principal de una campaña de arrastre de fondo o área barrida es el obtener un índice de abundancia que sea proporcional a la abundancia real y a sus cambios relativos en el tiempo. Para ello, es necesario que la campaña cubra el total del área de distribución de la población a evaluar y contar con una estimación de la capturabilidad del arte que se utiliza. El método se basa en obtener estimaciones de la densidad de población a partir de lances de pesca, donde se asume que una proporción conocida o al menos constante de los individuos que se encuentran con el arte son retenidos; esto permite estimar la densidad de población para áreas más o menos homogéneas de distribución del recurso. La mayor parte de las veces estas campañas están diseñadas según muestreos aleatorios estratificados, estando limitados los estratos según rangos de profundidad, distribución de especies y áreas de ordenación pesquera.
A partir de las densidades obtenidas en cada estrato, la superficie del mismo y una estimación de la capturabilidad, se calcula la biomasa por especies en el área estudiada. Estos valores, que normalmente se dan en forma de número de individuos o biomasa, son considerados como índices de abundancia más que como estimaciones absolutas de la biomasa existente y esto es debido a las dificultades existentes en la estimación de la capturabilidad para cada una de las especies evaluadas. El método trata, de al menos si no es conocido este valor de capturabilidad, de mantenerlo lo más constante posible a lo largo del crucero y en los diferentes años en que se lleva a cabo. Así, uno de los objetivos prioritarios en el diseño de las campañas es el conseguir estandarizar todos aquellos elementos que pueden llegar a causar cambios en la capturabilidad.
El proceso de captura de los peces con artes de arrastre ha sido ampliamente estudiado por medio de cámaras submarinas colocadas en diferentes partes del arte de pesca. El barco, las puertas, cables, malletas y la propia red, crean una combinación de estímulos visuales y aditivos en los peces que los concentran en la boca del arte, donde nadan durante un tiempo hasta que la propia velocidad de arrastre hace que por cansancio terminen por penetrar en la red, siendo capturados en el interior del copo. Parte de estos peces concentrados frente al arte escapan por encima o por debajo del arte o a través de las mallas; la velocidad de arrastre y las características de construcción del arte son elementos de gran importancia en la captura.
Como se indicó anteriormente, en el diseño de estas campañas de área barrida uno de los elementos más importante es tratar de mantener constante la capturabilidad del arte durante el crucero específico y en los otros que se realicen en año sucesivos. Los factores que se consideran que pueden afectar a esta capturabilidad son: la distribución horizontal y vertical de las especies objetivo, el comportamiento natural de las mismas frente al arte y la selectividad del arte.
El arte utilizado en estas campañas, frecuentemente es el mismo que utilizan las flotas comerciales, pero con mallas de menor tamaño, lo que permite capturar un rango de tallas superior al que realiza la flota comercial. La capacidad de los peces para evitar el arte depende, en gran medida, del tamaño del individuo; considerándose, en general, que las estimaciones realizadas por este método subestiman los individuos de menor talla. El tamaño de las mallas del arte y de las piezas que protegen la relinga de los plomos, son los elementos más importantes que determinan el escape de los individuos por debajo del arte y entre las mallas; lo que define, en gran medida, la selectividad del arte utilizado.
La capturabilidad puede cambiar con relación a la variación en la intensidad de luz. Por una parte, la capacidad de reaccionar visualmente frente al arte puede ser superior durante el día en zonas no muy profundas; y por otra parte, migraciones verticales en la columna de agua durante la noche pueden dar lugar a una menor accesibilidad del recurso durante las horas nocturnas, reduciendo su captura. En aquellas especies en la que se observan cambios en la capturabilidad de día y de noche, se utilizan índices de abundancia independientes para estas dos condiciones.
La geometría del arte cambia en relación a la profundidad, debido a la mayor cantidad de cable que es necesario largar, no siendo constante la distancia entre calones- que es la base en la estimación del área barrida- ni la abertura vertical en la boca del arte. La utilización reciente de sondas de red que permiten conocer con precisión los cambios en la geometría del arte, permite minimizar este efecto, que frecuentemente afectan en mayor medida a un grupo de tallas cuando hay una distribución del recurso en profundidad relacionado con la talla. Otro método utilizado para evitar los cambios de la geometría del arte con relación a la profundidad, es el utilizar un cabo que une los cables a una cierta distancia de las puertas y que evita los cambios en la distancia de las puertas con la profundidad.
La duración del arrastre es otro de los elementos importantes a estandarizar en los cruceros. Normalmente se utilizan arrastres a 3,5 nudos de velocidad y con una duración de media hora, contadas desde el momento en que el arte toca fondo. La utilización de sistemas precisos de posicionamiento (GPS), así como las sondas de red que determinan el momento en que el arte llega al fondo, han permitido identificar con precisión el momento en que el arte comienza a pescar, reduciendo los errores en las estimaciones del área barrida en cada lance.
Frecuentemente se critica, desde el punto de vista
estadístico, los resultados obtenidos en estos cruceros, debido
a la cantidad de errores potenciales que pueden haber y los
importantes costos que tiene el desarrollo de las campañas. De
todas formas, la técnica se sigue utilizando al mismo tiempo que
se llevan a cabo estudios que tratan de reducir estos errores. La
razón de continuar con las campañas de área barrida es que las
variaciones en las abundancias en las poblaciones naturales
suelen ser muy superiores a los errores del método, permitiendo
medir estos cambios. Una alternativa a futuro, a este método de
evaluación de poblaciones demersales, son las evaluaciones
acústicas que normalmente se utilizan para especies pelágicas.
De toda forma, esta técnica acústica presenta un gran limitante
a la hora de separar las señales procedentes del fondo de los
individuos muy próximos a éste, lo que hace que hasta el
momento no sea factible su utilización.
Lectura recomendada:
NAFO, 1996, Scientific Council Studies Number 28: Assessment of groundfish stocks based on bottom trawl survey results. 105 pgs.
Nro. 7, Marzo 1998 |
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